Lo que antes era una tarea fácil se ha vuelto un proceso difícil, complicado, y bastante confuso.
Si lo vemos fríamente, mientras más variedad haya, es mejor ya que eso significa que más posibilidades tenemos de encontrar algo justo que se adapte a todas las necesidades que tenemos. Pero en el caso del aceite del motor, como muchos no tienen (o tenemos, dijo el otro) el conocimiento justo para hacer la mejor elección, el proceso se vuelve bastante frustrante.
Hay diferentes tipos de aceite, que si tienen diferente peso, detergentes, composiciones, viscosidad, y demás, lo que todavía nos confunde mucho más cuando estamos en cualquier tienda o supermercado tratando de decidir cuál será el mejor aceite para el motor de nuestro auto. Lo que sí es cierto es que los aceites sintéticos son mejores que los naturales ya que reducen la fricción, se cambian con menos frecuencia, reducen la temperatura y los sedimentos, y muchas cosas más que son beneficio de la ciencia.
Además de esto, los aceites se comportan diferente a diversas temperaturas, esto lo puedes ver fácilmente en el nombre del producto. Digamos que el lubricante que compras es un 10W-40, esto quiere decir que a bajas temperaturas (W – Winter o Invierno en inglés) el aceite se comportará como un peso 10, mientras que a temperaturas normales, éste lo hará como un peso 4-0.
La primer (y única) recomendación es una que siempre suelo hacer -por ésta y otras razones- pero que nadie sigue: lean el instructivo del auto. Nada ni nadie te va a decir el mejor aceite que tu auto puede usar, y además te va a ahorrar dinero en visitas al centro de servicio donde puede que el mecánico que te atienda no sepa lo que está haciendo y termine haciéndote un daño más que ayudándote, lo cual, finalmente te va a salir más caro.
Lo difícil viene cuando escuchas que hay una marca que te ofrece mejor rendimiento, o menor desgaste, trabajan a menores temperaturas, y/o trabajan mejor durante el arranque (que es cuando ocurre más del 75% del motor).
